Abrir y reparar un aparato eléctrico estropeado es una tarea ingente. Por eso, cuando la cafetera se estropea, no es de extrañar que, en lugar de repararla, la sustituyamos. Un mal hábito, ya que sólo una quinta parte de los aparatos eléctricos que desechamos se reciclan. Kara pretende acabar con este hábito. Sus piezas modulares no se ocultan al usuario y pueden cambiarse fácilmente sin necesidad de herramientas especiales. Amigable y con aspecto de juguete, Kara no intimida, sino que da ganas de abrirla. Kara espera introducir un nuevo estándar de diseño para todos los electrodomésticos; uno en el que la reparación sea la única opción lógica.