El biocemento se produce estimulando a miles de bacterias para que formen estructuras sólidas: En presencia de urea y cloruro de calcio, la Sporosarcina pasteurii conecta los residuos de construcción granulados con el carbonato de calcio. En el proceso de producción no se requiere un proceso de cocción y, por tanto, mucha energía, ni se emite CO2. La combinación de la biofabricación y las herramientas digitales permite formar el material de una manera nueva. El proyecto investiga los principales potenciales funcionales y estéticos del nuevo material. Como objeto de conocimiento, se ha traducido en un mueble para sentarse.