Enraizado en el diseño de sistemas biológicos, el proyecto sirve de modelo para la rehabilitación de ecosistemas a través de los conocimientos ancestrales. Entrelaza la cultura y la conservación para ayudar a las praderas marinas, frecuentemente dañadas por la actividad recreativa y las amenazas climáticas. Este proyecto impulsa la resiliencia del ecosistema con una estructura de cerámica cosechada en el río con algas adheridas en su superficie, que sirve de anclaje para las raíces de las plantas y atrae la biodiversidad.