Debido al cambio climático, incluso maderas duras como el roble corren cada vez más riesgo de infestación por plagas. Como consecuencia de las normas de la industria, esta denominada "madera dañada" se retira y a menudo se quema con demasiada precipitación sin tener en cuenta usos alternativos, lo que contribuye aún más al aumento de las emisiones de carbono. Salomon Elsler cuestiona el uso actual de la madera en el diseño de muebles y se esfuerza por aumentar la eficiencia de los recursos. En su colección re:, las madrigueras de gusanos encarnan las huellas naturales del cambio climático provocado por el hombre. La valorización de esta madera desechada obedece a un pensamiento, un diseño y una producción holísticos y sostenibles.