Centrándose en el contexto holandés, el proyecto buscó valores alternativos para la lana que fomenten el cuidado y la humildad hacia los recursos naturales. La diseñadora viajó por todo el país para escuchar las historias y fotografiar los entornos de los actores que forman el paisaje lanero local. Sus perspectivas se hilaron en un libro, como una exploración visual y táctil del viaje o viajes de la lana. Inspirada en la coproducción entre humanos y naturaleza intrínseca a la artesanía y centrada en inspirar a la comunidad local para que participe activamente, una manta de pura lana fue codiseñada por ciudadanos locales.