Al investigar en las tiendas de segunda mano de La Haya, me di cuenta de que las vajillas de cerámica, aunque estuvieran en buen estado, no se vendían por su aspecto anticuado. Este proyecto consiste en rediseñar sus superficies para hacerlas más deseables y, por tanto, menos susceptibles de ser desechadas. Los patrones originales se borran en parte con chorro de arena, o se fijan de forma distorsionada con la aplicación de un nuevo esmalte. Se crea un nuevo producto con un coste energético mínimo.