En las ciudades hay mucho espacio disponible para vivir, trabajar y recrearse más intensamente. Sin embargo, vemos cómo el entorno construido se expande fuera de los límites de las ciudades y pueblos. En cambio, deberíamos utilizar el espacio no utilizado de forma más eficiente. Las ciudades son porosas, como una esponja. El espacio no definido, el oxígeno en el interespacio, es una herramienta muy potente para afrontar el reto de la construcción. Junto con la escasez de materias primas y la crisis climática, esto requiere nuevas soluciones. Un sistema sostenible, flexible, circular y, sobre todo, de base biológica es el punto de partida para el desarrollo de MONADS.