Woolworths quería ofrecer una forma sostenible y educativa de jugar a las familias. Así que los diseñadores de UNGA consiguieron lo imposible: convertir la tienda de Woolworths en un supermercado ecológico realista hecho de ladrillos sostenibles. Poniendo la sostenibilidad en el centro de la toma de decisiones, los ladrillos se fabricaron con al menos un 80% de materiales reciclados, incluidos frigoríficos viejos y gafas de natación, y recibieron la certificación Good Environmental Choice Australia (GECA). Los compradores podían recoger hasta 40 juegos de ladrillos para completar su tienda Woolworths, además de paquetes de inicio, 2 camiones y figuras.