Isidro es un botijo inspirado en la simbología del binomio agua-Madrid a través de su patrón, San Isidro. Esta revisión formal de un clásico glorifica el preciado elemento como elixir de vida. Su producción artesanal reduce el impacto medioambiental con fundición en barbotina, esmaltado por inmersión, monococción y comercio local, aprovechando materiales y energía. El asa del objeto se convierte en el nimbo del patrón madrileño y en la banda de yute de su cinturón. La arcilla blanca se asocia con el alma pura y aporta distinción a la cerámica de agua, trufada con el típico marrón.