Las industrias de alimentación y bebidas generan una elevada cantidad de residuos, ya sea en forma sólida o líquida, que a menudo acaban siendo depositados en vertederos, lo que implica importantes costes de tratamiento, generación de residuos (lodos y lixiviados) además de gases de efecto invernadero, que generan impactos ambientales negativos. Estos residuos son: restos del proceso de producción de galletas, bizcochos, pasteles, pan industrializado, así como productos caducados próximos a su fecha de caducidad. En este contexto, se llevó a cabo una I+D que permitió su valorización en la producción de alcohol verde.