El vidrio marino se fabrica a partir de un tipo de microalga que extrae dióxido de silicio del agua circundante, precipitándolo en paredes celulares de sílice. El sílice, principal componente del vidrio, suele obtenerse de la arena. Al cultivar sílice en lugar de extraerlo, podemos reducir la dependencia de la minería de arena, destructiva para el medio ambiente, y capturar cantidades sustanciales de CO₂ a través de la fotosíntesis de las algas. Tras una exhaustiva investigación científica y de materiales, se creó el vidrio marino. Fabricado con un 90% de sílice procedente de microalgas, conserva las propiedades tradicionales del vidrio y requiere menos energía para fundirse.